CONVIVIR.

Nada fácil no? Todo el tiempo convivimos. En el trabajo en clases, en una plaza, en casa, en un bar, en la vereda, en las redes e infinitos lugares más. En esta época donde dialogar es lo difícil, la convivencia se hace monótona, insoportable. Cuando tratamos de comunicarnos y las energías están totalmente dispersas y a nadie le importa escuchar. Nos olvidamos de lo lindo que era contar una anécdota y que la otra persona la escuchara y se imaginara toda la situación, sin antes agarrar su celular y poner cara de.. en un rato te prestó atención porque esta nada que estoy haciendo es más importante que ese relato que con tanto entusiasmo me querés contar. Lo peor es que esto no sólo pasa en las parejas y en los amigos; también pasa entre padres e hijos. Los padres hacen a un lado eso tan maravilloso que es el crecer de ese ser que crearon, de esos relatos ingenuos y hermosos que da esa faceta de la vida que es la niñez. "Mami! hoy en la escuela Martina me dijo que quería ser mi novia y yo no pude contestarle porque Ramón llegó corriendo y gritaba mami, que la pelota se le había quedado en el árbol y que Sofía no quería ayudar porque no tenía ganas y quería jugar a otra cosa y entonces yo no pude contestarle a Martina porque cuando Ramón se fue ella ya se había ido y.. mami?" "Si; ja." QUE? DE VERDAD? Tan idiotas estamos? No entiendo de verdad como algo que debería ser útil para algunas cosas nos está robando las horas, las tardes, las noches. Y me fui por las ramas. Volviendo al tema, convivir no es nada facil si te levantas y lo primero que haces es ver tu celular en vez de decirle a tu pareja lo linda/o que se ve con el pelo despeinado y las ojeras de la mañana. O darle una caricia a tu perro. Tomar el café mirando por la ventana; en vez de una pantalla con fotos de paisajes. Nos convertimos en seres sin empatía, donde sólo nos importa nuestro ombligo y el otro que reviente. Esto se ve en el trabajo muchísimo, donde las personas traen todos sus problemas y los manifiestan con los demás en vez de hacer de su jornada un lugar de distracción. Vamos a concientizarnos un poco de lo estúpidos que estamos siendo, vamos a volver a mirar a los ojos, a escuchar. No saben lo lindo que es escuchar. Ayer tuve una clase de teatro en la cual todos tuvimos que escuchar el relato de un recuerdo de la niñez; de otra persona y me di cuenta de que era la primera vez que estaba en una ronda con más de 7 personas de mi edad escuchandonos y riendo y llorando con los relatos de los demás y con los propios. Me di cuenta que en vez de ganar, la humanidad pierde, pierde cada instante, pierde cada palabra, se pierde de la vida. Y la vida se nos va.

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